Una advertencia disfuncional
El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), político populista, estaba al tanto de la aproximación de un huracán a las costas de Acapulco, pero no anticipó adecuadamente a la población, según la cronología consistente con el Centro Nacional de Huracanes (CNH). de los Estados Unidos. A las 7 de la mañana del 24 de octubre, AMLO ya sabía que la tormenta podría convertirse en huracán. No alertó al público durante su conferencia de prensa matutina. Las autoridades sabían ya a la 1 de la tarde que se acercaba un huracán. El presidente guardó silencio. A las 18 horas la CNH lo confirmóotis que se acercaba, que había pasado a categoría 5 y que tenía el poder de causar un “desastre”, pero AMLO no dio la alarma, no envió un contingente del ejército a la zona para brindar ayuda y ordenar no envió alimentos. o agua a la base naval o base militar de Acapulco para evitar posibles desabastecimientos. Recién a las 20 horas publicó en su cuenta X un “llamado de atención” a la población en lugar de un llamado de emergencia. No ordenó el cierre de las actividades. A las 22.00 horas, las tiendas y restaurantes todavía estaban abiertos y había gente en las calles.
Sin embargo, la devastación y la destrucción no son la única prueba que enfrentan millones de personas en Acapulco y sus suburbios, hogar de la población más vulnerable. En su conferencia del 25 de octubre del día siguiente, AMLO dijo que el huracán “golpeó muy fuerte”. No brindó una evaluación preliminar porque “las comunicaciones estaban caídas”, como si el líder de una nación como México no tuviera comunicación satelital con personal del Ejército y la Armada.
Gestión política de la crisis
Además, López Obrador decidió bloquear la ayuda humanitaria de diversas organizaciones, incluidas toneladas de ayuda humanitaria que puede ser distribuida por la Cruz Roja. El 27 de octubre, Luis Cresencio Sandoval, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), dijo que alimentos y otros productos “sólo podrían ingresar a la zona del desastre mediante vehículos militares”. Las elecciones presidenciales tendrán lugar en México el próximo año. El presidente quiere politizar la ayuda humanitaria y que la población les agradezca esta ayuda. Se documentó que miembros del partido gobernante Morena desempaquetaron alimentos y los volvieron a colocar en cajas con el logo del gobierno.
Sin embargo, los vecinos de la zona afirman que “la ayuda no les ha llegado, no tienen agua, ni comida, ni electricidad, el combustible se está acabando”. Existe riesgo de epidemia. No hay medicamentos, los bebés no tienen leche ni pañales. AMLO no ha pedido ayuda a la Unión Europea, Estados Unidos o Naciones Unidas. Hasta el momento, 43 personas han muerto y 10 están desaparecidas, según cifras oficiales, pero los periodistas dicen que se están dejando cadáveres en las calles y playas y miles buscan a sus seres queridos. Una catástrofe humanitaria es inminente. La respuesta de AMLO a la tragedia equivale a negligencia criminal. Fuerza en Acapulco.
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