El mes pasado, los legisladores demócratas respaldaron la idea de una seguridad fronteriza “importante pero inteligente” sin “los costos asociados con las barreras físicas”.
Algunos proyectos de “muro virtual” que utilizan tecnología de nuevas empresas como Quanergy y Anduril Industries ya se están probando a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México.
Se basan en sistemas que utilizan inteligencia artificial, drones y otras herramientas electrónicas para sustituir el plan del presidente republicano de construir una barrera de acero u hormigón.
Las ventajas de una solución de alta tecnología son muchas: costos mucho más bajos, implementación más rápida y un impacto menos pronunciado en el medio ambiente, según sus defensores.
Aún así, los activistas están preocupados por el impacto del uso a gran escala de la tecnología que pueda afectar las libertades individuales.
Uno de los riesgos, subrayan, es realizar perfiles raciales y recopilar datos de forma abusiva.
Señalan el posible uso de algoritmos que, por ejemplo, promuevan la “focalización basada en riesgos”.
Estas herramientas podrían “reproducir los prejuicios de sus programadores, agobiar a las comunidades vulnerables, carecer de transparencia democrática y fomentar la recopilación y el análisis de cantidades inapropiadas de datos”, según una carta reciente dirigida a legisladores de 20 organizaciones, incluida la Unión Americana. la Fundación para la Libertad de Prensa o el Centro Nacional de Leyes de Inmigración.
La carta también enfatiza que tecnologías como el reconocimiento facial, el reconocimiento de voz o la autenticación del iris del ojo “plantean importantes preocupaciones sobre la privacidad”.
“El uso de vigilancia tecnológica que no está controlada pondría en peligro la privacidad de todos”, dijo Elliot Harmon de la Electronic Frontier Foundation, uno de los grupos firmantes.
– ¿Se examina la vida cotidiana? –
Cita el uso cada vez mayor de drones que monitorean indiscriminadamente a cualquier persona que se encuentre cerca de la frontera, incluidos ciudadanos estadounidenses y otros residentes legales.
“La tecnología no es la panacea para los problemas en la frontera”, resume Mana Azarmi del Centro para la Democracia y la Tecnología.
“Si el Congreso decide financiar tecnología para monitorear a las personas en la frontera, ese financiamiento debe estar condicionado a medidas que garanticen el respeto de los derechos”, añadió.
Este debate se produce mientras Donald Trump intensifica su campaña a favor de un muro físico, incluso cuando un reciente compromiso entre legisladores demócratas y republicanos sobre la financiación del muro incluye una cantidad muy por debajo de los 5.000 millones de dólares exigidos por la Casa Blanca.
Para Matthew Feeney, del grupo de expertos libertario Cato Institute, un muro “inteligente” sería peor en muchos sentidos que un muro real.
“Sería ingenuo pensar que el equipo de patrulla de vigilancia fronteriza no tendría en cuenta la vida cotidiana de los estadounidenses”, dijo en una publicación de blog.
Por el contrario, para Darrell West, que dirige el Centro de Innovación Tecnológica de la Brookings Institution, “sería más racional desplegar sensores, cámaras y drones en lugar de gastar mucho dinero en contratar gente nueva (dedicada a la vigilancia de fronteras)”.
El representante republicano de Texas Will Hurd calificó el muro físico como “una solución del tercer siglo” en una entrevista con Rolling Stone. También da cifras a favor de un muro virtual: un muro inteligente costaría 500.000 dólares por milla (1,6 km), en comparación con entre 18 y 24 millones de dólares por milla para una barrera de hormigón o acero.
“Es una forma más inteligente y eficaz de superar la barrera transfronteriza”, concluye Darrell West.
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