Dr. Christian Scholtès se casó con el México de su esposa y no se arrepiente

Después de 27 años como dermatólogo, el Dr. Christian Scholtès Francia por amor. Su esposa mexicana, también dermatóloga, nunca logró trabajar en Francia. Cansados ​​de la guerra, la pareja decidió irse a México. Emigración para algunos, regreso al país para otros: “La vida en México es buena”, dice feliz este practicante, que ahora tiene doble ciudadanía.

Christian Scholtès nació en Vincennes en 1946 y ejerce como médico en París, Túnez y Millau (antes Languedoc-Rosellón). Conoció a su futura esposa, una mexicana, en una conferencia internacional de dermatología en Estados Unidos. “Mucho mejor que yo, ella nunca encontró trabajo en su campo” el practicante explica con amor.

“Las condiciones laborales de mi esposa, profesora y jefa de departamento en Francia, eran tan difíciles que decidí dejar la universidad a la edad de 52 años. » Dice con picardía que, estadísticamente hablando, en las parejas mixtas, nueve de cada diez veces, la francesa se va al extranjero… Poco a poco le va surgiendo la idea de abandonar un sistema médico complejo, e incluso injusto para los médicos de otros países. . Principalmente porque México es más hospitalario con sus colegas extranjeros.

No más esfuerzo administrativo

Sólo le tomó seis meses al Dr. ¡Scholtès hizo (re)validar sus diplomas y recibió el derecho a ejercer en suelo mexicano! El dermatólogo se benefició de los sabios consejos y de la experiencia de un amigo y colega francés que ya estaba allí.

Desde entonces, asegura, “Simplemente tengo que felicitarme por ello, aunque tengo que repetir una prueba muy difícil cada cinco años. ¡No más cargas administrativas en el sistema sanitario francés, pago el 33% de impuestos y listo! » Profesionalmente, la Dra. Scholtès ya no tiene que cargar con papeleo y cargas fiscales. “En Francia tenemos la impresión de que nos vigilan. »

Una clientela cálida

El dermatólogo ejerce en un gran centro que incluye tres hospitales privados y más de 300 médicos. El médico evoca una base de pacientes latinoamericanos extremadamente cálida. No se arrepiente de nada, de nada más que de no haberse tomado el tiempo de encontrar un colega que le transmitiera su propia clientela de forma gratuita. Sin duda, sus condiciones de práctica y su calidad de vida son mucho mejores en México, aunque coincide en que en México el sistema de salud de alta calidad se basa en la medicina privada, la cual resulta muy costosa para los pacientes.

Han pasado 19 años desde que el Dr. Scholtès cambió Francia por México. Practica su especialidad a tiempo parcial. “Siempre con mucha alegría”. Aunque se plantea dejar su ejercicio como médico a los 78 años, el doctor no piensa en regresar a Francia, aunque sueña con un superviaducto de Millau… ¡a México! México es su corazón.

Raquel Ortegon

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