El número de personas desaparecidas en México ha superado las 100.000 desde 1964, según datos estadísticos oficiales recopilados por la Secretaría de Gobernación (Interior), lo que generó recomendaciones de las Naciones Unidas y la Cruz Roja.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, expresó su “profunda tristeza” por el asunto y expresó su “solidaridad con las familias de las víctimas que anhelan reunir a sus seres queridos”, dijo su portavoz Stéphane Dujarric.
Según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas, 100.099 personas desaparecieron entre el 15 de marzo de 1964 y el 16 de mayo de 2022. Alrededor del 75% de ellos son hombres.
Desde hace 15 años, las desapariciones forzadas se han disparado en México con la militarización de la lucha contra el narcotráfico a partir de 2006.
“La desaparición de personas en México es un problema de todos: de la sociedad en su conjunto y de la humanidad”, dijo el Comité contra las Desapariciones Forzadas de la ONU.
En un informe reciente, luego de una visita a México en noviembre, ese comité denunció una “alarmante tendencia al alza” en los secuestros, alimentada por una “absoluta impunidad”.
El crimen organizado es el principal culpable, el comité juzga y también señala la negligencia de las autoridades. Hizo un llamado a la “acción inmediata” de México.
“No se deben escatimar esfuerzos para poner fin a estos extraordinarios abusos contra los derechos humanos”, dijo la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.
El Comité Internacional de la Cruz Roja dijo que el umbral de 100.000 desaparecidos “subraya la necesidad de fortalecer los mecanismos de búsqueda ya existentes”.
“Las primeras horas (de una desaparición) son las más importantes”, dijo Marlene Herbig, directora del programa de la Cruz Roja para personas desaparecidas y sus familias en México. “Si alguien desaparece, sus seres queridos tienen derecho a saber qué pasó. Conocer el destino de una persona desaparecida es ante todo una cuestión humanitaria”.
La falta de personal dentro de las fuerzas de seguridad para investigar estas desapariciones ha llevado a las familias, a menudo madres, a unirse para buscar a sus seres queridos en fosas comunes secretas.
“Si las autoridades estuvieran haciendo su trabajo, no faltarían tantos”, dijo a la AFP Cecilia Flores, líder de un colectivo de madres investigadoras del estado del norte de Sonora.
“Para ellos, un desaparecido es un delincuente menos, una estadística más”, lamenta esta valiente madre que busca a dos de sus hijos, Alejandro y Marco Antonio.
Según el gobierno, hay más de 37.000 cuerpos sin identificar en morgues a nivel nacional, pero organizaciones civiles cifran la cifra en 52.000.
Las autoridades están intentando crear una base de datos de estas personas desaparecidas, pero muchos cuerpos están enterrados sin identificación debido a la congestión en las morgues de México.
La primera desaparición se remonta a la “guerra sucia” que las autoridades libraron contra los movimientos revolucionarios en las décadas de 1960 y 1980.
México también ha registrado alrededor de 340.000 muertes desde 2006, cuando las autoridades lanzaron una controvertida operación militar contra narcotraficantes, la mayoría víctimas del crimen organizado.
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