Unas 1.900 personas fueron evacuadas de la zona del desastre en el suburbio de Mantanzas, localidad de 140.000 habitantes 100 kilómetros al este de La Habana, desde donde la enorme columna de humo negro oscureció el cielo.
“Se encontró un cuerpo en el lugar del accidente”, dijo en una conferencia de prensa el director de Salud de Matanzas, Luis Armando Wong.
Cinco heridos se encuentran en estado crítico, tres en estado muy grave y 28 heridos graves, según un reciente reporte publicado en la cuenta de Twitter de la presidencia.
El ministro de Energía, Livan Arronte, estaba entre los heridos.
Los 17 desaparecidos son bomberos “que estaban cerca del foco del fuego” cuando se produjo la explosión.
El incendio estalló el viernes por la noche cuando un rayo cayó sobre uno de los tanques del depósito de petróleo. Luego, el fuego se propagó a un segundo tanque temprano en la mañana.
Ante la dificultad de controlar el fuego, que “podría llevar un tiempo”, según el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, Cuba pidió “ayuda y asesoramiento a países amigos con experiencia en el sector petrolero”.
Las respuestas no tardaron en llegar y el presidente cubano tuiteó su “profundo agradecimiento a los gobiernos de México, Venezuela, Rusia, Nicaragua, Argentina y Chile, quienes rápidamente brindaron ayuda material solidaria ante esta compleja situación”.
“También estamos agradecidos por la oferta de asistencia técnica de Estados Unidos”, agregó. El subsecretario de Estado, Carlos Fernández de Cossío, dijo que la propuesta estadounidense “ya está en manos de especialistas para su debida coordinación”.
Se desplegaron helicópteros para combatir el incendio el sábado, con mangueras de agua traídas por grúas.
Según Asbel Leal, director de Comercio y Abastecimiento de la Unión Cubana del Petróleo (Cupet), al momento del desastre el primer tanque contenía “aproximadamente 26 000 metros cúbicos de crudo nacional, o aproximadamente el 50 % de su capacidad máxima”. El segundo tanque contenía 52.000 metros cúbicos de aceite de calefacción.
Cuba nunca ha enfrentado un incendio “de la magnitud de hoy”, dijo.
El embalse alimenta la central eléctrica Antonio Guiteras, la más grande de Cuba, pero el bombeo hacia la central no ha cesado, dijo Granma.
Este incendio se produce cuando la isla enfrenta la obsolescencia de las ocho centrales termoeléctricas para satisfacer la mayor demanda de electricidad debido al calor del verano.
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