Algunos visitantes consumen el veneno secretado por un anfibio por sus propiedades psicodélicas. Una práctica peligrosa para la salud condenada por el Servicio de Parques Nacionales.
Una recomendación increíble. Los parques nacionales pidieron el martes a los visitantes que no “laman” el sapo del desierto de Sonora, una especie conocida por secretar un líquido con propiedades alucinógenas y un riesgo para la salud.
“Por favor, no laman (los sapos)”, insta el Servicio de Parques Nacionales en Facebook.
“Estos sapos tienen glándulas parótidas prominentes que secretan un potente veneno. Tocar la rana o ingerir su veneno puede enfermarte”, dice.
euforia y alucinaciones
El sapo del desierto de Sonora no es un anfibio ordinario. Con casi 7 pulgadas de largo, es uno de los sapos más grandes de los Estados Unidos. Con su piel de color verde oliva o marrón, se diferencia de sus pares en la sustancia venenosa que produce.
Este veneno es tan fuerte que puede matar a un perro. CNN. Sin embargo, algunas personas lo aprovechan especialmente, ya que el producto fumado tiene efectos psicodélicos que van desde sentimientos de euforia hasta alucinaciones, según el Zoológico de Oakland, California.
El consumo de veneno de sapo en el desierto de Sonora, al que algunos se refieren como “la molécula de Dios”, se ha vuelto popular en los últimos años, informó el New York Times el pasado marzo. Según el diario estadounidense, los consumidores están dispuestos a pagar hasta 7700 euros por consumir el veneno durante un retiro de lujo en México.
Esta popularidad, que no solo es peligrosa para la salud, tiene un impacto en la biodiversidad. El animal ahora está catalogado como “Vulnerable” por las autoridades de Nuevo México debido a la recolección excesiva.
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