IEl pasado 13 de marzo nos enteramos de la muerte el día anterior de Dick Fosbury, el hombre que revolucionó el salto de altura al cruzar la barra sobre su espalda. Su muerte provocó un coro de reacciones que incluían “Pero… ¿no estaba ya muerto?” “. Es la misma emoción que despertó la reciente muerte de Marcel Amont, Paco Rabanne o Marcel Zanini, autor del hit quieres, no quieres Oda a la aprobación antes de tiempo.
No es que el público en general soñara con sus prematuras muertes, pero estas figuras se habían vuelto tan míticas que ya no podían imaginarse vivas. Cuando se anuncian sus muertes, parece impensable imaginar que estuvieron entre nosotros en esta tierra unos días antes cuando nuestra infancia está tan lejos.
Así que los últimos años nos han enseñado la muerte de muchas personas que creíamos que ya se habían ido, desde Ennio Morricone hasta Charles Aznavour, desde Jerry Lewis hasta Michel Bouquet, hasta Desmond Tutu, el Príncipe Felipe o el Papa Benedicto XVI.
¿Cómo los reconocemos?
Siempre se veían viejos, al menos mayores que nuestros padres. Cuando un documental sobre ella salió al aire en la televisión hace dos años, algunas personas buscaron sus nombres en Google en Internet. Además, las consultas de los motores de búsqueda informan que muchos ya han verificado si ya están muertos. Al enterarse de su desaparición, algunos ingresaron sus nombres en un motor de búsqueda para ver sus rostros desde la última vez que fueron vistos.
Dieron forma a su siglo, a su tiempo, a su era, a su deporte. Habían sido enterrados accidentalmente al final de sus carreras. Cuando se anunció su segundo fallecimiento, pudimos encontrar su paso por la televisión en blanco y negro en videos del Instituto Nacional del Audiovisual. Se les ha rendido mucho homenaje en los últimos veinte años. Desde entonces se habían retirado de la vida pública. La foto de ellos proyectada a pantalla completa en la secuencia “Nos dejaron este año” en los César tenía más de treinta años.
Cuando murieron, supimos quiénes eran. “ido a unirse” (su amigo Sergio Leone por Ennio Morricone, Guy Bedos y Jean-Loup Dabadie por Claude Brasseur, Jacques Demy por Michel Legrand o René Goscinny por Albert Uderzo…). La gente pensó en sus seres queridos, quienes se habrían sentido devastados por la noticia si no hubieran muerto también. Nadie cuestiona la causa de la muerte.
Cómo hablamos de ellos
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