Banxico, el nombre del banco central de México, elevó su tasa de política en 25 puntos base a 11.25% en su reunión del 29 de marzo, frenando el ritmo de un ciclo de ajuste que comenzó a mediados de 2021 y adoptando un tono más moderado.

Durante casi dos años, el banco ha estado elevando los costos de endeudamiento para frenar el aumento de los precios al consumidor.

“La inflación general ya ha estado cayendo desde agosto del año pasado… dadas estas señales positivas y la postura de política monetaria ya establecida. […]probablemente no sería sorprendente si exploráramos la posibilidad de una fijación de tasas”, dijo Rodríguez en la reunión del banco con los legisladores el 18 de mayo.

La inflación mexicana se desaceleró en la primera quincena de abril y la tasa alcanzó su nivel más bajo en año y medio, con un total anual de 6.24%.

Banxico monitoreará de cerca la llamada inflación subyacente, agregó Rodríguez.

Señaló que la inflación subyacente sostenida, que excluye los precios de alimentos y energía particularmente volátiles, ha mantenido la inflación general de precios al consumidor por encima del objetivo del banco del 3%, al tiempo que descarta la posibilidad de un recorte en las tasas de interés a corto plazo.

“Al menos para las próximas decisiones, no discutiremos la posibilidad de un recorte de tasas todavía. Necesitamos consolidar la caída de la inflación”, dijo Rodríguez.

El banquero central agregó que a pesar de cierta volatilidad, el peso ha mostrado una “resistencia notable” debido a los sólidos fundamentos macroeconómicos del país.

Dijo que el sistema financiero de México está bien capitalizado y tiene reservas de liquidez y que su solvencia no está en riesgo salvo imprevistos.