La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos de las Naciones Unidas, con sede en Jamaica, inició su conferencia de dos semanas sobre el tema el 10 de julio, pero las discusiones a puertas cerradas continuaron el último día de la reunión.
“Es todo un maratón”, dijo Michael Lodge, secretario general de la agencia, durante una conferencia de prensa el viernes. Los detalles todavía necesitan ser aclarados”.
La agencia aún debe emitir licencias mineras preliminares, ya que no venció el plazo del 9 de julio para aprobar un conjunto de reglas que rigen tales actividades.
Las empresas y los países ahora pueden solicitar una licencia minera a medida que aumenta la demanda de metales preciosos de aguas profundas, utilizados en baterías para automóviles eléctricos y otras tecnologías ecológicas.
La agencia de la ONU ha emitido más de 30 licencias de exploración, pero hasta ahora ninguna para minería real. La mayor parte de la exploración se concentra en un área entre Hawái y México que cubre aproximadamente 1,7 millones de millas cuadradas (4,5 millones de kilómetros cuadrados) con actividad que se produce a profundidades de hasta 19.000 pies (6.000 metros).
Los miembros de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos dijeron que planean reanudar el trabajo sobre el marco regulatorio propuesto en la reunión de noviembre del organismo, la tercera del año.
Cuando se le preguntó qué sucedería si un país o una empresa solicitara una licencia de minería en aguas profundas sin que todavía existan regulaciones, Lodge dijo que el consejo analizaría los problemas en cuestión.
“La junta tiene la oportunidad de reunirse cuando quiera”, dijo.
El presidente del Consejo, Juan José González Mijares, explicó en la sesión informativa que debe existir un marco regulatorio antes de que comience cualquier actividad minera.
Un número creciente de países están pidiendo una moratoria o suspensión preventiva de la minería en aguas profundas, diciendo que están preocupados por el impacto potencial en el medio ambiente. Quieren hacer más estudios científicos primero.
Los científicos han advertido que tal actividad podría desencadenar tormentas de lodo y causar contaminación acústica y lumínica en un inframundo acuático poco conocido.
Sin embargo, las empresas que impulsan la minería en aguas profundas argumentan que la minería submarina sería más barata y tendría menos impacto ambiental que la minería terrestre.
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