“Azerbaiyán anuncia su intención de lanzar una nueva provocación militar contra Nagorno-Karabaj y Armenia”, afirmó el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan.

“La situación militar y política en nuestra región se ha deteriorado significativamente”, lamentó durante una reunión del gobierno en Ereván.

Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Azerbaiyán condenó “una nueva falsa manipulación política”.

“Armenia debe renunciar a sus reivindicaciones territoriales sobre Azerbaiyán, poner fin a las provocaciones político-militares y dejar de crear obstáculos al proceso de paz”, afirmó en un comunicado.

El intercambio se produce justo antes de la elección anticipada del sábado del líder de la disputada región.

También están previstos en unos días ejercicios militares conjuntos entre Armenia y las fuerzas de paz estadounidenses. El Kremlin los condenó el jueves, diciendo que ponían en peligro la estabilidad en el Cáucaso.

“Por supuesto, realizar tales ejercicios no ayuda a estabilizar la situación ni a fortalecer la atmósfera de confianza en la región”, afirmó el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.

Los armenios han acusado a Moscú y sus fuerzas de paz de fracasar en su misión al permitir que Azerbaiyán bloquee una ruta de suministro clave a Nagorno-Karabaj.

Armenia y Azerbaiyán libraron dos guerras por la soberanía de esta zona montañosa poblada mayoritariamente por armenios pero reconocida internacionalmente como parte de Azerbaiyán.

La última guerra entre Bakú y Ereván en 2020 terminó con la derrota de Armenia, que se vio obligada a ceder tierras en Nagorno-Karabaj y sus alrededores a Azerbaiyán.

Las tensiones han aumentado en los últimos meses y periódicamente se producen incidentes armados en la frontera.

Desde entonces, el proceso de paz se ha estancado, a pesar de los esfuerzos de mediación de Rusia -país con influencia histórica en la región-, los europeos y Estados Unidos.

Las tensiones han aumentado desde que Azerbaiyán bloqueó el tráfico en el corredor de Lachin, la única carretera entre Nagorno-Karabaj y Armenia, a principios de julio, provocando cuellos de botella en la región.