“Desafortunadamente, he recibido información de que se encontraron 15 cadáveres en el municipio de Muçum, lo que eleva el número de muertos a 21”, dijo el martes el gobernador del estado de Rio Grande do Sul, Eduardo Leite, en una conferencia de prensa.

Este ciclón, que comenzó el lunes a azotar esta región fronteriza con Uruguay y Argentina, causó “los peores daños de cualquier evento climático en Rio Grande do Sul”, agregó.

En junio, otro ciclón mató a 16 personas en el mismo estado.

El gobernador dijo que se movilizaron varias decenas de bomberos y que “varios cientos de personas” fueron rescatadas.

Se utilizaron helicópteros para evacuar a los residentes aislados, dejando algunas carreteras completamente inutilizables debido a las inundaciones.

Más de 50.000 personas de unas 60 ciudades se vieron afectadas y más de 3.700 de ellas tuvieron que evacuar sus hogares, según el último informe de las autoridades locales.

Más de 300 milímetros de lluvia cayeron en el estado en las últimas 24 horas, según Wolnei Wollf Barreiros, ministro de Protección Civil de Rio Grande do Sul.

Inundación mortal

Según el sitio de noticias local GZH, las inundaciones del río Taquari cubrieron más del 85% del territorio de Muçum, una pequeña ciudad de 5.000 habitantes, donde se encontraron 15 cadáveres y algunas personas tuvieron que ser rescatadas de los techos de las casas.

“Aún falta, el número de víctimas podría aumentar”, dijo el alcalde Mateus Trojan al micrófono de Radio Gaucha. “La ciudad de Muçum tal como la conocemos ya no existe”, lamentó.

En el municipio de Ibiraiaras, una pareja murió cuando su automóvil fue arrastrado por la corriente mientras cruzaba un puente.

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, expresó su “solidaridad” con las víctimas y aseguró que el gobierno federal “está dispuesto a acudir al rescate de Rio Grande do Sul”.

En los últimos años, Brasil ha sido azotado por tormentas mortales, que los expertos no descartan que estén relacionadas con el cambio climático.

Los efectos son aún más devastadores si se tiene en cuenta que la urbanización no está controlada y que muchos grupos de población pobres viven en condiciones precarias de vivienda en las laderas de las colinas.

Al menos 65 personas murieron en inundaciones y deslizamientos de tierra provocados por lluvias torrenciales en el estado de Sao Paulo (sureste) en febrero.

Alrededor de 9,5 millones de los 203 millones de habitantes de Brasil viven en zonas en riesgo de inundaciones o deslizamientos de tierra.