Cortesía de Jorge Drexler

Cae la noche sobre el Teatro Romano de Lyon; Tres soles salen en la tribuna. Tres banderas de la República Oriental del Uruguay ondearon felices espectadores para saludar al ídolo nacional Jorge Drexler al finalizar el concierto que acaba de dar en las Noches de Fourvière. Muy raro en Francia, este no se ha jugado desde 2009 – pasará el Festival Rio Loco en Toulouse el 16 de junio.

No crean que los dos mil festeros que se dieron cita el 14 de junio eran todos uruguayos. En las gradas vimos a varios mexicanos, un venezolano, un colombiano, chilenos, varios españoles y hasta un guatemalteco, que retomaron al unísono los quince temas modulados por el cantor y guitarrista. Los músicos de la portuguesa Ana Moura, que le seguirán esa tarde en el escenario de Lyon, se han colado en las primeras filas. Todos suspiran de admiración ante la destreza de Drexler y sus seis acólitos, que mezclan milanga, flamenco y tropicalismo.

Joerg Drexler: “Al comienzo de la pandemia compré un estetoscopio y un oxímetro. Esta es la primera vez en veinticinco años que he pensado en volver a ser médico.

“Jorge es muy popular en casi todos los países de Latinoaméricadestaca Michelle, una mexicana exiliada por estudiar en Lyon. Uno de los temas que tocó esta noche. Movimienot, nos conmovió especialmente: como canta tan bien, no somos ni enteramente de aquí ni enteramente de allá. » Identidades fluctuantes, flotantes, fugaces, ese es el tema principal del uruguayo de 57 años en los quince discos que ha lanzado desde su debut en 1992. En 2005, Prince le entregó un Oscar. Al Otro Lado del Río (“Al otro lado del río”), su canción más famosa, banda sonora de la biografía del Che dirigida por el brasileño Walter Salles, diarios de viaje. otro se llama Un país con muchos Ríos – literalmente, “una tierra con el nombre de un río”. Así se pasea por Uruguay y sus 3,5 millones de habitantes, de los cuales casi 500.000 viven en el exilio. La identidad uruguaya es sutil, Jorge Drexler nos lo informó por videoconferencia unos días antes de su concierto en Lyon. Es el segundo país más pequeño de América Latina, encajonado entre los dos más grandes, Argentina y Brasil. Nuestras fronteras con estas dos naciones son esencialmente ríos y abiertas. No es insignificante. »

ausencia de grandilocuencia »

Tienes que ver a Drexler balancear sus caderas en el escenario, balanceando su ropa holgada de color caqui, sus zapatillas blancas, su cabello canoso, en sincronía con las vibraciones de su música: esa voz fluye tanto como se escucha. Nos falta grandilocuenciacontinúa Jorge Drexler. A diferencia de todo el continente americano, no somos muy religiosos: más de un tercio de los uruguayos son ateos. Se contagia a nuestro humor, a nuestra melancolía, a nuestra educación: la iglesia y la escuela se separaron en 1876. La razón nos fascina, ese es nuestro lado francés. » Refuta la idea de un dios antropomórfico, en el que ve el origen del abuso infligido al planeta: Las religiones colocan a los humanos en el centro de la especie y del universo. Pero estamos en el centro de la nada. »

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Celestino Pedregon

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