Andrea Rodríguez, The Associated Press
LA HABANA – El incendio mortal que se desató en un enorme depósito de petróleo en el oeste de Cuba se intensificó el lunes cuando las llamas envolvieron un tanque que los bomberos intentaban enfriar.
El desastre comenzó el viernes por la noche cuando un rayo cayó sobre uno de los ocho tanques del depósito. El récord es actualmente de un muerto y 125 heridos. También faltan decenas de bomberos. Un segundo tanque se incendió el sábado y provocó múltiples explosiones.
“El riesgo que anunciamos se materializó y el fuego del segundo tanque puso en peligro al tercero”, dijo Mario Sabines, gobernador de la occidental provincia de Matanzas, donde se ubica el depósito.
El cuerpo de bomberos roció los tanques restantes con agua para evitar que el desastre se extendiera.
México y Venezuela han enviado equipos especiales para combatir las llamas. También se movilizaron cañones de agua, aviones y helicópteros. Especialistas militares levantaron barreras para contener el petróleo derramado.
Los líderes locales han advertido a los residentes que usen máscaras o permanezcan en sus casas, ya que la columna de humo se puede ver desde la capital, La Habana, a 100 kilómetros de distancia. Las autoridades advierten que el humo contiene sustancias extremadamente dañinas para la salud.
La mayoría de las víctimas fueron atendidas por lesiones o tras ser superadas por el humo, incluidas cinco que permanecen en estado crítico. Un total de 24 personas están hospitalizadas. El cuerpo de un bombero fue recuperado durante el fin de semana. Los familiares de los desaparecidos esperan noticias en un hotel cercano.
El gobernador Sabines y el presidente cubano Miguel Díaz-Canel dijeron que las temperaturas infernales hacían imposible la búsqueda de los pioneros desaparecidos.
El desastre provocó la evacuación de unas 5.000 personas, la mayoría en el barrio Dubrocq de Matanzas. El petróleo de los ocho tanques se utiliza para generar electricidad, pero no está claro cuánto combustible se ha perdido hasta ahora.
El primer tanque disparado estaba lleno al 50% y contenía aproximadamente 25.000 metros cúbicos de combustible.
El desastre se produce en un momento en que Cuba está sumida en una profunda crisis económica. La isla sufre frecuentes cortes de energía en medio de un bochornoso verano.
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