Los abogados del mexicano, acusado de dirigir uno de los cárteles más poderosos que Estados Unidos haya conocido y de escapar dos veces de prisiones mexicanas, pidieron la semana pasada que se relajaran sus condiciones carcelarias.

Desde su extradición de México a Estados Unidos el 19 de enero, El Chapo ha estado recluido en régimen de aislamiento en la sección de máxima seguridad de la Penitenciaría Federal de Manhattan.

Sus abogados afirman que su “salud física y mental” se está deteriorando a consecuencia de estar encerrado en una celda sin luz natural durante 23 horas al día, y que sufre “alucinaciones”.

Pero el gobierno refutó esas afirmaciones en un documento de 40 páginas presentado ante el tribunal el martes por la noche.

“El acusado se queja de sus condiciones carcelarias, pero una de sus abogadas mexicanas, Silvia Delgado, dijo a la prensa que su trato en Estados Unidos era mucho mejor que en México y que su salud estaba mejorando”, argumentaron.

No fueron sus alucinaciones auditivas, solo escuchó la radio de sus guardias, aseguraron.

También subrayaron que su aislamiento está lejos de ser completo, ya que se permite que lo visiten unas 30 personas y habla con abogados y asistentes legales una media de 21 horas a la semana.

Este último “parecía estar enseñándole inglés mientras le leía en español”, añadió el gobierno.

Joaquín Guzmán, de 59 años, está acusado de liderar durante 25 años el Cartel de Sinaloa, cuya influencia se extendió por todo el continente americano.

Está acusado de 17 cargos de cártel y podría enfrentarse a cadena perpetua si es declarado culpable. Aún no se ha fijado una fecha para su juicio, que promete ser complejo.

Debido a lo delicado del caso, el gobierno recibió esta semana autoridad del juez Brian Cogan para mantener en secreto ciertos documentos del expediente y revisar la probidad de cualquier abogado extranjero que quiera unirse a su defensa.

Con AFP