“Un ejército sin misión” así es como se ve el lado iraquí Al-Alam Al-Jadid describir el cuerpo de diez asesores en torno al jefe de Gobierno iraquí, Mohammed Chia Al-Soudani, que ocupa el cargo desde el pasado mes de octubre y ha hecho de la lucha contra la corrupción y la protección de los fondos públicos sus prioridades.
En los últimos días, la lista de medios independientes, el primer ministro ha designado un asesor en asuntos electorales y un asesor en asuntos constitucionales. Se suceden los nombramientos de un asesor de medios de comunicación, dos asesores políticos, un asesor de seguridad, un asesor de relaciones con los países árabes, un asesor anticorrupción, un asesor de protección social, un asesor de derechos humanos y un asesor de asuntos culturales.
No se incluyen el consejero de juventud y deportes, el consejero militar, el consejero de asuntos exteriores, el consejero económico y otro consejero de seguridad, todos ellos adscritos a la oficina del consejo regional.
Escrito por supuesto Al-Alam Al-Jadid, El papel de los funcionarios asesores tiene cierta importancia en otros países, pero lo es en Irak. “fue vaciado de su contenido”.
Las personas nombradas para estos puestos son a menudo funcionarios públicos que “perdieron su trabajo por no cumplir con sus deberes” y cuyos poderes a menudo se superponen con las instituciones existentes. Sin embargo, sobre todo deben su posición a su afiliación social y política.
“Premio Consuelo Político”
Así lo explica el politólogo Ali Al-Baïdar.
“La membresía del consejo se ha convertido en un premio de consolación política y una posición utilizada para beneficio personal o para representar el poder”.
El politólogo Nizar Haïdar está de acuerdo y va más allá.
“El expediente de los consultores debe ser examinado desde la perspectiva de la corrupción financiera y administrativa […]. Este acto entra en la categoría de cuotas políticas y categóricas que destruyeron el Estado”.
En 2017, el parlamento iraquí aprobó una ley que regula el nombramiento de asesores del primer ministro, pero también del presidente y el parlamento del país. Sin embargo, debido a la presión política, nunca entró en vigor.
Irak está plagado de corrupción y patrocinio partidista y comunal que se ha infiltrado en toda la maquinaria estatal.
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