Con sus raíces mexicanas y su abierta retórica contra la inmigración, la republicana Mayra Flores le ganó a los votantes de Texas un escaño en el Congreso. Y para las elecciones intermedias de noviembre, está tomando un rumbo de derecha dura.
“Dios, familia, patria”: A sus 36 años, la cristiana evangélica martilla con orgullo su consigna conservadora y su deseo de que se cierren las fronteras.
Una actitud que resuena en muchos votantes latinoamericanos, poseedores de las llaves del voto en varias circunscripciones de este estado fronterizo del sur de Estados Unidos, donde serpentea el muro reforzado por el expresidente Donald Trump.
“Es bueno tener a alguien que represente nuestra visión de la migración”, dice a la AFP Sara Rodríguez, quien vino a animar a la Sra. Flores en una reunión en McAllen, cerca de la frontera, a mediados de octubre.
Este policía de 36 años se preocupa por los migrantes que cruzan el Río Grande todos los días. “Es muy peligroso aquí ahora”, dijo.
En Texas, en los bastiones demócratas a lo largo de la frontera, el Partido Republicano ha suavizado durante mucho tiempo su retórica sobre la inmigración para salvar al electorado hispano.
Pero esta estrategia fracasó. En junio, la Sra. Flores causó revuelo cuando ganó las elecciones parciales provocadas por la renuncia del diputado demócrata Filemón Vela.
Después de pedir la destitución de Joe Biden y compartir tuits del movimiento de conspiración QAnon, se convirtió en la primera mujer mexicana en ingresar al Congreso de los Estados Unidos.
– advertencia –
“Los demócratas nos dieron por sentado”, replicó después de su reunión, donde la multitud le prometió una “ola roja” republicana el 8 de noviembre. “Han alienado a la comunidad hispana”.
“Vamos a ganar (…) porque nos enfocamos en los temas que más le importan a la gente”, dijo a la AFP.
Junto con Mónica De La Cruz, Cassy García y Carmen Montiel, representa la nueva cara desinhibida de la Grand Old Party de Texas. Estos candidatos, todos hispanos, defienden la promesa de ampliar el muro fronterizo en un estado donde la población blanca ahora es una minoría detrás de los hispanos, según el último censo.
Las elecciones presidenciales de 2020 habían servido como advertencia: Donald Trump había logrado grandes avances en los condados fronterizos con Texas. La ventaja de los demócratas se había reducido al 17% de los votos desde el 33% de hace cuatro años.
Los candidatos republicanos ahora están abrazando su discurso nacionalista y pro-muro mientras enfatizan sus raíces locales.
“Es importante tener personas que vivan en la frontera, que entiendan la frontera y la representen”, argumenta Mónica De La Cruz, quien tiene como objetivo el 15° Circuito de Texas y ha sido demócrata por más de un siglo.
Jesús Contreras votará por ellos después de décadas de lealtad a la izquierda estadounidense. Enojado por la inflación y la afluencia de inmigrantes, este exsoldado mexicano-estadounidense de 48 años culpa a los demócratas.
– récord de inmigración –
“Dicen que los migrantes que pasan por la frontera aportan a la economía. ¿Cómo? ¿Pagan impuestos?”, se queja. “He pagado impuestos toda mi vida, pero vienen y se aprovechan de mi arduo trabajo”.
Estados Unidos registró más de dos millones de arrestos de migrantes en la frontera con México entre octubre de 2021 y agosto de 2022. Un número récord que también incluye a los reincidentes probando suerte varias veces.
Entre ellos hay muchos solicitantes de asilo de regímenes autoritarios como Nicaragua, Cuba y Venezuela.
Una situación “inaceptable”, denuncia la exseñorita Carmen María Montiel, quien aspira a convertirse en la primera venezolana en ingresar al Congreso estadounidense.
“Mis votantes quieren que se cierre la frontera, quieren la migración legal”, resume estoicamente el republicano ante la explosión en el número de migrantes venezolanos -180.000 detenciones en un año-.
“Aunque seas venezolano, no apruebo que nadie entre a este país violando la ley”, dijo el candidato en la carrera de Houston.
Sin embargo, en Laredo, localidad fronteriza donde Cassy García representa al Partido Republicano, muchos votantes reunidos por AFP rechazan ese contundente discurso.
“Aquí no es peligroso, los migrantes vienen aquí a trabajar”, dijo Gustavo Hernández en su taxi.
“Todo el mundo tiene que salir a votar”, anima Sandra Ibarra, satisfecha con las políticas migratorias de Joe Biden. “Estamos en una encrucijada”, reclama este funcionario.
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