México: El ex hombre más gordo del mundo sueña con poder volver a caminar

El mexicano Juan Pedro Franco pasa cada vez menos tiempo postrado en su cama. Con la ayuda de un andador especial que le ayuda a soportar su peso, el hombre más alto del mundo comienza a dar pasos, pero lo que más desea es caminar solo sin asfixiarse.

El joven de 33 años, procedente del estado de Aguascalientes (centro del país), pesaba 595 kilos en octubre de 2016. Este peso, debido a una nutrición inadecuada y a un mal funcionamiento de la tiroides, le valió el título Guinness del hombre vivo más gordo del mundo.

Sufriendo de hipotiroidismo, hipertensión arterial, diabetes y obstrucción pulmonar severa, Juan Pedro decidió tomar el control de su vida. Recurrió a José Antonio Castañeda, cirujano especializado en el tratamiento de la obesidad.

250 kilos menos

En noviembre de 2016 se mudó con su madre desde Aguascalientes a Guadalajara, en el occidente de México, donde se encuentra “Gastric Bypass México”, la clínica del señor Castañeda, para estar más cerca del equipo de expertos.

El primer paso fue seguir una dieta mediterránea “muy estricta”.

En mayo de 2017, Juan Pedro Franco ingresó por primera vez al quirófano para someterse a una gastrectomía en manga y, seis meses después, a un “bypass”. El objetivo de estas dos operaciones es reducir el tamaño del estómago.

La única forma de perder peso era limitar su capacidad para comer porque no quemaba suficientes calorías.

Tras una segunda operación, su peso bajó a 366 kilos. Los médicos esperan que en un año y medio pierda unos 100 kilos.

“Ha perdido unos 250 kilos desde que empezó el tratamiento”, señala el Sr. Castañeda.

Juan Pedro tiene una tez muy blanca debido a su falta de exposición al sol.

Teje pañuelos y prepara alegrías, un postre tradicional elaborado con amaranto y miel.

“Estoy muy contento porque todo va bien”, dijo a la AFP sentado en su cama, alrededor de la cual han instalado una estructura metálica que le permite mantenerse de pie pero también realizar actividad física gracias a los rodillos de levantamiento de pesas que lleva acoplados.

“Cada día entrena más, intenta levantarse, salir adelante, tiene una actitud muy positiva”, comenta el médico que está a su lado.

‘Avanzar’

Pero el sueño del joven, al que le gusta cantar y tocar la guitarra, es poder “volver a caminar”.

La clínica advierte que “todo dependerá de su evolución y del tratamiento de su linfedema en las piernas (acumulación anormal de líquido por obstrucción del sistema linfático)”.

La última operación redujo el tamaño de su estómago a la mitad y le dio a este órgano una forma horizontal para reducir su capacidad estomacal.

Al mismo tiempo, el intestino se dividió para que la absorción sea selectiva, es decir, que sólo una parte del intestino absorba los nutrientes.

Dos meses después de este último procedimiento quirúrgico, el paciente -que permanece conectado a un tanque de oxígeno- ya perdió 22 kilos, según la clínica.

Sin embargo, para el equipo interdisciplinario de médicos que lo atienden, sigue siendo “un paciente complejo y vulnerable hasta que cese su obesidad extrema”.

“Estamos intentando salvar una vida y permanecer atentos hasta que esté fuera de peligro”, subraya la clínica.

Según estudios de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 58% de las personas en América Latina y el Caribe tienen sobrepeso.

México, las Bahamas y Chile son los países más problemáticos en este ámbito.

En mayo de 2014 murió otro mexicano con sobrepeso, Manuel Uribe. En 2007, también fue el hombre más gordo del mundo según Guinness.

Raquel Ortegon

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