El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, encabezará excepcionalmente una manifestación en apoyo de sus propias políticas el domingo en la Ciudad de México, una muestra de poder cuando las próximas elecciones de 2024 están en el horizonte.
“Invito a todos” a participar de este momento “histórico”, declaró el jefe de Estado, de 69 años, en la víspera de este encuentro, que promete ser de enormes proporciones dada su popularidad (casi un 60% de opiniones positivas).
Esta marcha del poder se produce dos semanas después de que decenas de miles de personas marcharan en la Ciudad de México contra un proyecto de reforma electoral defendido por el presidente nacionalista de izquierda.
AMLO, sus iniciales y acrónimo, dice que su propia manifestación no es una respuesta a la oposición sino una forma de “celebrar el progreso en la transformación de México”.
Al término de la marcha, López Obrador, elegido el 1 de julio de 2018 y en funciones desde el 1 de diciembre del mismo año, presentará los resultados de su cuatrienio en el Zócalo, la plaza más grande de México.
AMLO quiere “mojar los músculos”, dijo Fernando Dworak, analista del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), quien fue contactado por la AFP.
“La oposición cometió un gran error al creer que podía derrotar al presidente en la calle”, agregó.
Una alusión a la capacidad del Presidente para movilizar a la oposición.
– máquina de aceite –
La movilización del domingo se da en un contexto preelectoral a menos de dos años de las próximas elecciones presidenciales de 2024 (el jefe de Estado en México es elegido por un solo mandato de seis años).
Dos delfines potenciales de AMLO deben ir con él, la alcaldesa de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, y el canciller Marcelo Ebrard.
López Obrador “quiere seguir movilizándose” para mantener a Morena, su partido, en el poder, según Dworak.
“Él sabe que para ganar una elección se necesita una máquina bien engrasada que siempre funcione”, agrega un investigador, Gustavo López.
Además de la popularidad de AMLO, Morena se encuentra en una posición de fuerza frente a un bloque opositor que incluye al PRI, el ex partido que estuvo en el poder durante 70 años, el PAN (derecha) y el PRD (izquierda).
Esta alianza se dividió recientemente antes de reunirse contra el plan de reforma electoral del gobierno.
La reforma pretende cambiar las reglas de funcionamiento del Instituto Nacional Electoral (INE) para que sus miembros sean elegidos y dejen de ser elegidos por los partidos.
La reforma también contempla reducir el tamaño del INE y reducir el número de diputados (los diputados pasarían de 500 a 300 y los senadores de 128 a 96).
El presidente acusa al INE de encubrir supuesto fraude en las elecciones perdidas de 2006 y 2012.
Sus opositores dicen que quiere acabar con la “independencia” del INE, que ha supervisado la organización de las elecciones desde su creación en 1990.
El Presidente necesita una mayoría de dos tercios en el Parlamento para aprobar esta reforma, ya que es una reforma constitucional.
La oposición también acusa a López Obrador de autoritarismo y quiere “militarizar” el país.
De hecho, el Presidente del Ejército le ha encomendado varios proyectos importantes, así como tareas de seguridad pública.
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