El Gobierno mexicano dijo este martes a las empresas mexicanas que tenían “interés” en no participar en la deseada construcción de un muro en la frontera entre México y Estados Unidos por parte de Donald Trump, aunque no estaban previstas sanciones específicas.
No es una ley, sino una cuestión de reputación. “No tendremos una ley para restringir (a los negocios), pero creo, dada su reputación, que sin duda sería de su interés no participar en la construcción del muro”, dijo el ministro de Economía, Ildefonso Guajardo. “No habrá ley con sanciones, pero los mexicanos y los consumidores mexicanos sabremos valorar a las empresas que respaldan nuestra identidad nacional y las que no”, añadió el ministro.
Esos comentarios hacen eco de los del Ministro de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, quien sugirió el viernes que las empresas mexicanas que vieran una oportunidad en el muro harían bien en realizar primero su “examen de conciencia”.
Dos cementeras mexicanas están listas para suministrar materiales. La cementera Cemex, una de las empresas líderes mundiales en su sector, ha manifestado su voluntad de presentar ofertas para el suministro de la materia prima del muro. Su competidor Grupo Cementos de Chihuahua también ha expresado interés en el proyecto. Ambas empresas tienen una gran presencia en Estados Unidos.
La única empresa mexicana que tiene su nombre en el sitio web del gobierno de Estados Unidos como empresa interesada en participar en la construcción del muro es Ecovelocity, una pequeña empresa de la ciudad de Puebla, en el centro de México, que planea suministrar LED que importa principalmente de China.
Lafarge está interesada en el proyecto. En Francia, el director general del grupo público de construcción Vinci afirmó el martes que, a diferencia del fabricante de cemento LafargeHolcim, prefería no participar en la construcción del muro, lo que generó polémica.
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