Diez mineros quedan atrapados bajo tierra luego de que tres pozos de carbón se derrumbaran e inundaran en una mina en el noreste de México. El presidente Andrés Manuel López Obrador acudió al lugar y pidió a los rescatistas que “hagan más” para salvar a los 10 hombres atrapados.
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LEl presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, instó a los rescatistas a hacer “más” para rescatar a los 10 mineros atrapados bajo tierra en el noreste de México desde el miércoles tras el derrumbe e inundación de tres minas de carbón.
“Debemos seguir trabajando para salvar a los mineros. Tenemos que hacer lo que hacemos y hacer más”, dijo el mandatario durante una visita al lugar del accidente en el estado de Coahuila. “Quiero que sea lo antes posible”, agregó a los periodistas.
“Veré cómo va el rescate. Voy a reconocer la situación”, dijo el Presidente al anunciar su visita a Agujita, en la localidad de Las Sabinas.
Casi 400 socorristas se movilizan para intentar rescatar a los diez mineros varados a 60 metros de profundidad, la mitad de los cuales estaban sumergidos.
El presidente había hablado de un día “crucial” para las operaciones de rescate el sábado: “Vamos a saber si hay posibilidad de que los buzos puedan entrar (a la mina) con seguridad”. Sin embargo, los buzos no pudieron entrar el sábado porque el nivel del agua (34 metros de altura) solo había bajado 9,5 metros.
Los buzos “dijeron que no sabían cuándo” podrían descender, dijo a la AFP en el sitio Alicia Huerta, cuñada de uno de los 10 mineros subterráneos.
Los servicios de emergencia utilizan una veintena de bombas. Sin embargo, los expertos temen nuevas infiltraciones de una mina vecina.
Incidentes recurrentes
El sábado por la noche, los familiares asistieron a una misa cerca del campamento improvisado donde se reúnen desde el miércoles, lejos del área de socorro acordonada por las autoridades. Como único productor de carbón mexicano, el estado de Coahuila está acostumbrado a las tragedias mineras. En junio de 2021, siete trabajadores murieron tras un derrumbe subterráneo.
El 19 de febrero de 2006, 65 mineros murieron cuando explotó una bolsa subterránea de gas en Pasta de Conchos, una mina controlada por el conglomerado Grupo México. 16 años después, 63 de los 65 cuerpos aún yacen en el fondo de la mina.
Las familias llevan 16 años reclamando “medidas” contra los accidentes, “y sus llamamientos no han sido escuchados”, denunció la Compañía de Jesús, que asegura que los jesuitas acompañan a los familiares en su demanda de justicia ante las autoridades a nivel internacional.
En octubre de 2010, después de 69 días bajo tierra y un deslizamiento de tierra, 33 trabajadores pudieron salir de una mina de cobre de casi 700 metros de profundidad en el desierto de Atacama en Chile.
