(Ciudad de México) A pesar de los tremendos costos y la presión para disuadirla de abortar en California, una joven mexicoamericana pudo interrumpir su embarazo no deseado gracias a la ayuda de un grupo feminista mexicano.
Publicado a las 9:48 am
“Se supone que debemos vivir en un país libre, en un estado donde es legal fumar marihuana pero el aborto sigue siendo un tabú”, dijo a la AFP la mujer de 31 años, días antes de que la Corte Suprema de Estados Unidos declarara inválido el derecho al aborto. el viernes.
El icónico “Roe v. Wade”, que garantizaba el derecho al aborto de las mujeres estadounidenses desde 1973, fue derogado en lo que ahora es considerado “completamente infundado” por la mayoría de los jueces. Los gobernadores de California, Oregón y Washington ya han anunciado una iniciativa conjunta para garantizar el acceso al aborto.
Pero incluso antes de que se tomara esta decisión, era “complicado [d’avorter] si no tienes el dinero”, dice la madre soltera de tres hijos, que trabaja en un restaurante de San Diego.
“Decidido” y “Desesperado”
Hace unos meses había visitado dos clínicas, una privada y otra a cargo de una comunidad religiosa. Le cobraron $1,000 por el aborto, una suma que no tiene.
Las monjas “no querían que abortara, me dijeron que había otras formas de darlo en adopción. Pero yo estaba decidida, desesperada, no era posible tener otro hijo”, agrega, explicando que quedó embarazada por un problema con las pastillas anticonceptivas.
Una amiga le habló entonces de Bloodys, una ONG mexicana activa en Tijuana (Noroeste) que forma parte de una red transfronteriza que ofrece ayuda gratuita a mujeres en su situación en Estados Unidos.
“Me sorprendió que me ayudaran desde México, pensé que aquí éramos más liberales [aux États-Unis]que no tendría que pelear. Pero no les llevó más de un día decirme: ‘Esta es tu solución'”, dice.
Recibió lo que necesitaba en su casa para su aborto con medicamentos por correo. La OMS no contraindica la falta de supervisión directa por parte del personal médico en embarazos de menos de 12 semanas.
La ONG también ofrece seguimiento a través de mensajería instantánea. “Respondiste todas mis preguntas muy rápido. Siempre han sido un gran apoyo”, dice ella.
Crystal Pérez Lira, miembro de Bloodys, explica que la ONG ha estado enviando kits de medicamentos a estados conservadores como Oklahoma, Texas y Georgia desde 2019. Ella ha estado esperando nuevas demandas desde la decisión de la Corte Suprema.
Es un revés grande, es triste, pero tendremos la voluntad y los medios para afrontarlo.
Crystal Perez Lira, miembro de Bloodys
“Triste y repugnante”
La condición de inmigrante es otro obstáculo que impulsa a muchas mujeres a buscar ayuda en México.
“Se nos acercan mujeres latinoamericanas que pueden no sentirse del todo cómodas yendo a una clínica a pesar de que son indocumentadas. No nos metemos en su vida privada, no miramos su estatus migratorio ni su nacionalidad”, explica Crystal Pérez Lira.
En la Ciudad de México, la primera jurisdicción en América Latina en despenalizar los abortos hasta por 12 semanas y ofrecer atención gratuita sin importar dónde vivas en 2007, las autoridades dicen que están listas para apoyar a las mujeres en cualquier lugar de los Estados Unidos.
“Es tan triste y repugnante ver que los derechos de las mujeres son rechazados en países donde fueron respetados. Seguiremos brindando nuestro apoyo, tenemos capacidad para atender 25.000 abortos al año, ya vamos a la mitad”, dijo a la AFP Oliva López Arellano, secretaria de Salud de la Alcaldía de la Ciudad de México.
La capital mexicana ya está ayudando a las mujeres extranjeras, pues de los 247 mil abortos practicados en 15 años, el 10% se ha realizado a migrantes en tránsito hacia Estados Unidos, en su mayoría mujeres centroamericanas, dijo.
Ocho de los 32 estados de México finalmente despenalizaron el aborto, pero en septiembre de 2021 la Corte Suprema declaró inconstitucionales varias leyes estatales mexicanas que prohíben el aborto y lo permitieron de facto en todo el país.
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