Probablemente sea una coincidencia pero está claro que las palabras que empiezan por B tienen una asombrosa tendencia a suscitar polémica, sobre todo cuando son trisílabas (como en Badaboum): Benalla, Bygmalion, Bettencourt, Balkany, Bolloré, Burkini, Bismuth, Buitoni, Baby Loup.. Estoy avanzando. Y eso se remonta a mucho tiempo atrás, pensemos en los casos de Ben Barka, Boulin, Baudis… Con el asunto “Barbacoa” impulsando este regreso a la escuela, estamos en el registro de la farsa en lugar de la tragedia. La culpa de Rousseau, Sandrine. Bastó que MP Nupes asociara esta práctica culinaria tejana con el virilismo para que toda la clase política se viera en la parrilla, invitada a elegir su bando. ¿El sonido de la palabra contribuyó al desarrollo de esta disputa? Imposible decirlo, pero si Rousseau estuviera hablando de asar a la parrilla, uno podría preguntarse si el trato habría generado tanto humo.
La parrilla viene de lejos
La palabra sin duda también funciona porque hace sonar otras palabras: barbacoa, barba, culo, rabo. Él mismo se caracteriza por la masculinidad, la sexualidad. Largo a la parrilla, volteando los trozos de ternera “pchhhhitts” De manera tranquilizadora, los hombres en pantalones cortos intercambiaron una etimología peculiar: “Por cierto, ¿sabes de dónde viene la barbacoa?” Del francés: Cuando ponemos ternera u oveja en la brocheta, decimos “barba a culo” Dónde “de la barba a la cola”. En realidad la palabra (transcrita con diferentes grafías, “Barbie”, “Parilla”, “barbacoque”…) proviene del idioma arawak hablado por los nativos americanos de las Indias Occidentales y la Amazonía. Viajó a México en el siglo XVI (“barbacoa” aparece 1518) y España (1526). Se encuentra en los principales festivales de Texas, luego es adoptado por el resto de los Estados Unidos en el siglo XVIII y cruza el Atlántico en el siglo XX.
La secuela después del anuncio.
En Francia la palabra “Parilla” Precedida: Apareció a finales del siglo XIX. Pero su origen no está claro: para algunos también proviene de “Barbacoa” (importado por soldados que regresaban de la expedición mexicana de 1861-1867); para otros, del rumano “berbec” (oveja); algunos evocan un origen más cómico: se dice que fue adoptado en la jerga de los ladrones después de que un carnicero llamado “Barbaque” del distrito de La Chapelle de París apareció en los titulares legales en 1873.
“Jet”, de chic de posguerra a monstruosamente anticuado
Volviendo a los Arawaks en el Caribe, el “barbacoa” originalmente se refería a un enrejado de ramas de madera verde usado para ahumar comida (o prisioneros, según el testimonio asustado de uno de los primeros exploradores europeos). Ironía de todo este asunto que hará las delicias de Sandrine Rousseau: dado lo que sabemos de las prácticas gastronómicas de los indios caribeños, es probable que esta rejilla original se usara principalmente para ahumar pescado y verduras.
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