En Texas, un “ejército de Dios” actúa contra los migrantes en la frontera con México

Llegaron en camionetas, furgonetas y casas móviles y se describen a sí mismos como “luchadores de Dios”: en Texas, cientos de estadounidenses se reúnen desde hace varios días en la frontera con México para protestar contra la “invasión” de inmigrantes.

“Únete a la lucha de Dios”, podemos leer en la carrocería de uno de los vehículos que llega a un rancho en Quemado, un pueblo texano de 162 habitantes, con casas rústicas enclavadas en medio del valle por donde discurre el Río Grande. Se encuentran dispersas la frontera natural entre Estados Unidos y México.

Cada mes, miles de migrantes cruzan el río y realizan largos viajes desde Centro y Sudamérica en busca de mejores condiciones de vida en Estados Unidos.

“La migración en la frontera está fuera de control. Estamos bajo ataque y tenemos que controlar lo que pasa”, dijo a la AFP Robyn Forzano, de 43 años, que controla el acceso al rancho Quemado.

La cuestión de la inmigración está en el centro de la campaña electoral presidencial en Estados Unidos, impulsada con fuerza por el expresidente Donald Trump, gran favorito a la nominación republicana que probablemente se enfrentará al demócrata Joe Biden en noviembre.

Fue precisamente a orillas del Río Grande donde se reunieron estos activistas, autodenominados “Nosotros el Pueblo”, haciéndose eco de las primeras palabras del preámbulo de la Constitución estadounidense.

Unos días antes, uno de los organizadores del evento afirmó que los participantes formaban “el ejército de Dios”.

Bajo el lema “Recuperemos nuestra frontera”, llegaron en convoyes desde diferentes regiones del país y planean acampar alrededor de las ciudades fronterizas este fin de semana.

Vemos muchas pancartas apoyando a Donald Trump. “El cielo tiene muros, el infierno tiene fronteras abiertas”, se lee en un cartel, en alusión al “muro” que el expresidente quería construir para bloquear el paso de los migrantes.

“Área de desastre”

“El pueblo de México es maravilloso, una gran gente, los amo”, asegura a la AFP Marty Bird, un partidario de Donald Trump de 73 años en la vecina ciudad de Eagle Pass.

“Pero parece que apenas vienen aquí se enojan (…). Roban, cometen robos”, afirmó.

La ciudad de Eagle Pass está en el centro de una batalla legal entre la administración Biden y el gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, incluso ante la Corte Suprema de Estados Unidos.

Abbott, un abierto partidario de Donald Trump, ha desafiado abiertamente la autoridad de la administración Biden, acusándola de “inacción deliberada” en medio de una afluencia récord de migrantes en la frontera en los últimos meses.

El alambre de púas instalado por las autoridades de Texas cerca de la ciudad fronteriza de Eagle Pass es objeto de una disputa legal con el gobierno federal.

Además, la toma por parte de la Guardia Nacional de Texas de un parque urbano en Eagle Pass, en la frontera del Río Grande, desde el 11 de enero ha provocado controversia entre Texas y la administración demócrata.

No todo el mundo ve positivamente la llegada de estos convoyes de manifestantes.

Jessie Fuentes, que alquila kayaks en el río, lo llama una “zona de desastre”.

Camila Tobia

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